tratamientos de la diverticulitis:
Diagnóstico
La diverticulitis generalmente se diagnostica durante un ataque agudo. Debido a que el dolor abdominal puede indicar una serie de problemas, su médico deberá descartar otras causas para sus síntomas.
Es probable que su médico comience con un examen físico, que incluye revisar la sensibilidad de su abdomen. Las mujeres, además, generalmente se someten a un examen pélvico para descartar una enfermedad pélvica.
Después de eso, su médico probablemente le recomendará:
Pruebas de sangre y orina para verificar si hay signos de infección.
Prueba de embarazo para mujeres en edad fértil, para descartar embarazo como causa de dolor abdominal.
Pruebas de función hepática, para descartar otras causas de dolor abdominal.
Prueba de heces, para descartar infecciones en personas que tienen diarrea.
Tomografía computarizada, que puede indicar bolsas inflamadas o infectadas y confirmar un diagnóstico de diverticulitis. La TC también puede indicar la gravedad de la diverticulitis y guiar el tratamiento.
Diagnóstico en la Clínica Mayo
La diverticulitis puede ser difícil de diagnosticar porque el dolor abdominal es un síntoma de muchos trastornos digestivos. Mayo Clinic cuenta con radiólogos que se especializan en trastornos digestivos y tienen experiencia en distinguir la diverticulitis de otras afecciones.
Los especialistas en enfermedades digestivas de Mayo (gastroenterólogos) tienen experiencia en el diagnóstico de la gravedad de la diverticulitis. El diagnóstico preciso es importante para un tratamiento apropiado.
Tratamiento
El tratamiento depende de la gravedad de sus signos y síntomas.
Diverticulitis no complicada
Si sus síntomas son leves, es posible que reciba tratamiento en el hogar. Su médico probablemente le recomendará:
Antibióticos, para tratar la infección.
Una dieta líquida durante unos días mientras su intestino se cura. Una vez que sus síntomas mejoran, puede agregar gradualmente alimentos sólidos a su dieta.
Un analgésico de venta libre, como acetaminofeno (Tylenol, otros).
Este tratamiento es exitoso en 70 a 100 por ciento de las personas con diverticulitis no complicada.
Diverticulitis complicada
Si tiene un ataque severo o tiene otros problemas de salud, es probable que deba ser hospitalizado. El tratamiento generalmente implica:
Antibióticos intravenosos
Inserción de un tubo para drenar un absceso, si se ha formado
Cirugía
Es probable que necesite una cirugía para tratar la diverticulitis si:
Tiene una complicación, como perforación, absceso, fístula u obstrucción intestinal
Ha tenido múltiples episodios de diverticulitis no complicada
Estás inmune comprometido
Hay dos tipos principales de cirugía:
Resección intestinal primaria. El cirujano extirpa segmentos enfermos de su intestino y luego vuelve a conectar los segmentos sanos (anastomosis). Esto le permite tener evacuaciones intestinales normales. Dependiendo de la cantidad de inflamación, es posible que tenga una cirugía abierta o un procedimiento mínimamente invasivo (laparoscópico).
Resección intestinal con colostomía. Si tiene tanta inflamación que no es posible volver a unir su colon y recto, el cirujano realizará una colostomía. Una abertura (estoma) en su pared abdominal está conectada a la parte sana de su colon. El residuo pasa a través de la abertura en una bolsa. Una vez que la inflamación ha disminuido, la colostomía puede revertirse y el intestino se puede volver a conectar.
Cuidado de seguimiento
Es posible que su médico le recomiende una colonoscopia seis semanas después de recuperarse de una diverticulitis, especialmente si no se hizo la prueba el año anterior. No parece haber un vínculo directo entre la enfermedad diverticular y el cáncer de colon o recto. Pero la colonoscopia, que no es posible durante un ataque de diverticulitis, puede excluir el cáncer de colon como causa de sus síntomas.
A veces, se recomienda cirugía. Pero las recomendaciones anteriores para la cirugía basadas en la cantidad de ataques se han cuestionado, ya que la mayoría de las personas lo hacen bien incluso después de dos o más ataques. La decisión sobre la cirugía es individual, y a menudo se basa en la frecuencia de los ataques y si se han producido complicaciones.
Tratamiento en Mayo Clinic
Los especialistas de Mayo Clinic tienen experiencia en el tratamiento de la diverticulitis leve y grave. Si necesita cirugía, los cirujanos de Mayo pueden ofrecer opciones mínimamente invasivas, que incluyen procedimientos laparoscópicos, laparoscópicos asistidos por la mano y procedimientos robóticos, si corresponde.
Solicite una cita en Mayo Clinic
Estilo de vida y remedios caseros
Para ayudar a prevenir la diverticulitis:
Hacer ejercicio regularmente. El ejercicio promueve la función intestinal normal y reduce la presión dentro de su colon. Intente hacer ejercicio por lo menos 30 minutos la mayoría de los días.
Come más fibra Los alimentos ricos en fibra, como las frutas y verduras frescas y los cereales integrales, suavizan el material de desecho y lo ayudan a pasar más rápido a través del colon. Esto reduce la presión dentro de su tracto digestivo. Sin embargo, no está claro si una dieta alta en fibra disminuye el riesgo de diverticulitis. Comer semillas y nueces no está asociado con el desarrollo de diverticulitis.
Beber mucho líquido. La fibra funciona al absorber agua y aumentar los desechos blandos y voluminosos en el colon. Pero si no bebe suficiente líquido para reemplazar lo que se absorbe, la fibra puede ser estreñida.
Medicina alternativa
Algunos expertos sospechan que las personas que desarrollan diverticulitis pueden no tener suficientes bacterias buenas en sus dos puntos. Los probióticos, alimentos o suplementos que contienen bacterias beneficiosas, a veces se sugieren como una forma de prevenir la diverticulitis. Pero ese consejo no ha sido científicamente validado.
Preparándose para su cita
Es posible que lo remitan a un médico especializado en trastornos del sistema digestivo (gastroenterólogo).
diverticulitis