¿Qué es fibromialgia?
La fibromialgia es un síndrome asociado con dolor incapacitante crónico y generalizado. Aquellos que tienen fibromialgia tienen músculos doloridos y dolores en el cuello, hombros y espalda. Duermen mal y a menudo se ponen rígidos cuando se despiertan o cuando se mueven después de estar sentados durante largos períodos de tiempo. La intensidad y la ubicación del dolor y el grado de fatiga pueden variar día a día y pueden empeorar con el ejercicio excesivo y el estrés.
Se cree que la fibromialgia afecta a 5 millones de estadounidenses mayores de 18 años. Entre el 80% y el 90% de las personas afectadas por la fibromialgia son mujeres, pero los hombres y los niños también pueden verse afectados. Las personas con ciertas condiciones de salud que afectan los músculos, los huesos y las articulaciones (enfermedades reumáticas) como la artritis y el lupus también pueden tener un mayor riesgo de fibromialgia. Para la mayoría de los reumatólogos, médicos que se especializan en enfermedades reumáticas, es la segunda o tercera afección más común diagnosticada.
El dolor, la fatiga y muchos otros síntomas asociados con la fibromialgia pueden frustrar tanto al paciente como al médico. La condición a menudo hace que las personas afectadas sean miserables pero no causa inflamación o daño visible a los tejidos afectados. Si bien el dolor y otros síntomas aparecen y desaparecen al azar, no progresan a un estado de enfermedad ni remiten con el tiempo. Si bien cierta depresión se asocia con la fibromialgia, no causa la enfermedad; la prevalencia de la depresión es casi la misma que con cualquier enfermedad crónica.
Los profesionales de la salud familiarizados con la afección pueden hacer un diagnóstico utilizando los criterios establecidos en 2010 por el Colegio Estadounidense de Reumatología (American College of Rheumatology, ACR). (Consulte la sección Pruebas para obtener más información al respecto.) Las nuevas investigaciones para comprender la fibromialgia se centran principalmente en cómo se procesa el dolor en el cerebro y la médula espinal en lugar de en los receptores del dolor en el resto del cuerpo. El cambio de perspectiva puede conducir a nuevos medios para diagnosticar el trastorno en el futuro.
Actualmente, no hay cura para la fibromialgia, pero hay tratamientos disponibles para manejar la afección. Las personas con esta afección pueden necesitar ser tratadas por un equipo de profesionales que incluye un médico general, un fisioterapeuta y posiblemente un reumatólogo. Dichos equipos suelen estar disponibles en las clínicas de dolor que se especializan en tratamientos para la artritis y otras enfermedades reumáticas.
No se ha identificado una sola causa de fibromialgia, pero se cree que existen componentes tanto genéticos como ambientales, que algo actúa como desencadenante en personas que están predispuestas a la afección. Algunas familias tienen una mayor incidencia del trastorno. Algunos casos parecen comenzar con un trauma físico o una enfermedad grave, mientras que otros casos surgen sin un “evento” discernible.
Algunos investigadores piensan que los síntomas pueden deberse a trastornos del sueño, mientras que otros creen que la fibromialgia puede deberse a un microorganismo. Aún otros sospechan que la causa puede ser un metabolismo muscular esquelético alterado o una reacción exagerada crónica del sistema inmunitario. La investigación actual se centra más en las anomalías en los procesos neuronales y las vías de procesamiento del dolor como la causa de los síntomas de la fibromialgia. Si bien las respuestas a lo que está causando la afección pueden estar a años de distancia, los profesionales de la salud pueden identificar a las personas con fibromialgia y tratar de ayudarlas a vivir una vida relativamente normal.
Signos y síntomas
Hay muchos signos y síntomas variables asociados con la fibromialgia, pero la condición casi siempre comienza con:
- Dolor generalizado crónico
- Dolor a la presión en áreas particulares llamadas “puntos sensibles”
- Cierto grado de fatiga crónica y sueño interrumpido
Otros síntomas comunes incluyen:
- Rigidez del cuerpo, especialmente por la mañana y con la sesión prolongada
- Depresión y ansiedad (pueden coexistir)
- Dificultad para concentrarse, lapsos de memoria
- Dolores de cabeza
- Menstruación dolorosa
- Parasthesia (entumecimiento y hormigueo en manos y pies)
Los afectados también pueden experimentar uno o más de los siguientes:
- Dolor en el pecho, ritmo cardíaco irregular, dificultad para respirar
- Estreñimiento
- Diarrea
- Dificultad para tragar
- Mareos, problemas de equilibrio
- Ojos secos, dificultad para enfocar
- Boca seca
- Gas y calambres, dolor abdominal
- Acidez
- Síndrome del intestino irritable (SII)
- Picazón, sequedad o manchas de piel
- Edema localizado (como dedos hinchados)
- Hipotensión mediada por neuronas (presión arterial que disminuye cuando está de pie)
- Relación sexual dolorosa
- Dolor pélvico
- Síndrome de piernas inquietas y movimiento periódico de las extremidades durante el sueño
- Rinitis que consiste en congestión / secreción nasal y dolor sinusal (pero sin respuesta inmune alérgica)
- Sensibilidad a la luz, el sonido, el tacto, la temperatura y los olores
- Sensibilidad a los medicamentos (más propensos a tener efectos secundarios)
- Disfunción de la articulación temporomandibular (TTM), dolor en las articulaciones de la mandíbula y los músculos circundantes
- Frecuencia urinaria, urgencia e irritación
La fibromialgia puede y coexiste con muchas otras enfermedades crónicas como el síndrome de fatiga crónica, la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante, el síndrome de Sjögren, la enfermedad tiroidea, la esclerosis múltiple y el lupus. Los síntomas de estas afecciones pueden mezclarse con los relacionados con la fibromialgia, lo que hace que el diagnóstico sea más un desafío.
Pruebas
La fibromialgia generalmente se diagnostica documentando el historial médico del paciente, descartando trastornos y enfermedades que pueden estar imitando o exacerbando la fibromialgia, y utilizando los criterios actualizados por última vez por el Colegio Estadounidense de Reumatología (American College of Rheumatology, ACR) en 2010.
Los criterios de ACR evalúan la ubicación y la gravedad del dolor. También tienen en cuenta los síntomas de una persona: cómo se siente la persona. Se consideraría que una persona tiene fibromialgia si esa persona cumple con lo siguiente:
- Ha tenido dolor y síntomas durante la última semana
- Cantidad de áreas dolorosas en 19 partes del cuerpo
- Además del nivel de severidad de estos síntomas:
- Fatiga
- Despertar sin renovar
- Problemas cognitivos (de memoria o pensamiento)
- Además del número de otros síntomas físicos generales
- Los síntomas han estado presentes a un nivel de gravedad similar durante al menos 3 meses.
- La persona no tiene otro trastorno que explique el dolor.
Pruebas de laboratorio
Las pruebas de laboratorio pueden ser útiles para ayudar a diagnosticar afecciones con síntomas similares a la fibromialgia, como la artritis reumatoide, el síndrome de Sjögren, la enfermedad de la tiroides y el lupus. Por lo general, no es rentable ni necesario realizar una evaluación exhaustiva. Las pruebas generales que se pueden ordenar incluyen:
CMP (panel metabólico completo): para examinar electrolitos, proteínas, función hepática y renal, calcio y glucosa
CBC (conteo sanguíneo completo): para detectar anemia, una posible causa de debilidad y fatiga
La TSH (hormona estimulante de la tiroides) y / u otras pruebas tiroideas desde el hipotiroidismo pueden causar síntomas similares a la fibromialgia
ANA (anticuerpo antinuclear): para descartar trastornos autoinmunes, como el lupus o el síndrome de Sjogren
CK (creatina quinasa): para descartar otras afecciones que pueden causar debilidad muscular o dolor
Por lo general, un profesional de la salud considerará lo siguiente al desarrollar un diagnóstico: los resultados de las pruebas generales, los antecedentes del paciente (incluidos los antecedentes familiares y los factores de riesgo de ciertas enfermedades) y los resultados del examen físico. En base a estos hallazgos, se podrían hacer algunas pruebas adicionales.
Mientras tanto, los investigadores continúan buscando nuevos protocolos de prueba que pueden ser más específicos para la fibromialgia.
Pruebas no de laboratorio
La electromiografía (EMG) se puede realizar para evaluar la salud de los músculos y los nervios que los controlan. Para obtener más información sobre este procedimiento, lea el artículo Electromiografía en el sitio web de la Clínica Mayo. Ocasionalmente, se puede solicitar un escaneo de imágenes como una resonancia magnética (IRM) para ayudar a descartar la posibilidad de esclerosis múltiple u otras enfermedades que pueden causar síntomas similares a la fibromialgia.
Tratamiento
Actualmente, no hay cura para la fibromialgia. Pocas personas logran la remisión completa de sus síntomas, pero la mayoría aprende a controlar su condición. La fibromialgia no es inherentemente paralizante, y no disminuye la vida de los afectados por ella. El tratamiento se centra en los cambios de estilo de vida y el alivio de los síntomas. Los grupos de apoyo y el asesoramiento pueden ayudar a los afectados a lidiar con las frustraciones físicas, psicológicas, financieras y sociales que su condición puede causar.
Para aquellos que pueden tolerarlo, se recomienda encarecidamente un programa de ejercicio suave. El ejercicio aeróbico regular y los estiramientos pueden ayudar a mantener el acondicionamiento muscular, mejorar el sueño y disminuir el dolor y la rigidez. Se debe tener precaución, especialmente al comenzar a hacer ejercicio, ya que el sobreesfuerzo puede causar brotes dolorosos. La reducción del estrés y la limitación de la cafeína y el alcohol también pueden ayudar a reducir los síntomas.
Las terapias farmacológicas pueden ofrecer al menos una mejora de los síntomas a corto plazo, que incluye una disminución del dolor y una mayor calidad del sueño. La investigación muestra que el tratamiento más efectivo para la fibromialgia, sin embargo, es el ejercicio físico, particularmente el ejercicio aeróbico.