La honestidad. Los valores en la educación de los niños
La honestidad. Los valores en la educación de los niños

Honestidad

El castigo y la ira no siempre son eficaces cuando se intenta evitar que los niños mientan. Como padres, debemos enseñarles la importancia y los beneficios de la honestidad desde una edad temprana.

Si corregimos el comportamiento de los niños a través del castigo, entonces preferirán mentir para evitar el castigo. Una de nuestras obligaciones como padres es enseñar a nuestros hijos el valor de ser honestos. Después de todo, su futuro podría depender de eso.

Este tema no es tan simple como parece. Enseñar a nuestros hijos a ser honestos no es lo mismo que enseñarles a atarse los zapatos. Hay muchos factores que pueden afectar la forma en que un niño aprende sobre los valores.

Enseñar a un niño acerca de las virtudes es un deber importante. Para llevarlo a cabo debemos ser pacientes. Hay muchos consejos útiles que los padres pueden usar para enseñar a sus hijos el valor de la honestidad.

¿Por qué los niños mienten?

Es importante que los padres entiendan que los niños no mienten por las mismas razones que los adultos. Los especialistas en psicología infantil han enumerado las razones por las cuales los niños mienten.

Mentir para recibir objetos o atención son dos razones clave. Otra razón por la cual los niños mienten es para evitar el castigo: los padres deben tener cuidado con este. Ser demasiado estricto puede resultar en niños que mienten con más frecuencia.

Los niños a menudo mienten porque confunden la realidad con la fantasía y también por imitación. Si el modelo de un niño comienza a mentir, el niño, indudablemente, comenzará a mentir también.

¿Cuándo deberíamos comenzar a enseñarles la diferencia entre las mentiras y la verdad?
Es importante tener en cuenta que no puede comenzar a enseñar a los niños sobre los valores antes de los 3 años. Un niño menor de 3 años no tiene la capacidad de comprender la importancia de los valores.

Tan pronto como cumplan 3 años, es importante que los padres sean observadores. No es suficiente que los padres enseñen; también debemos observar el comportamiento de nuestro hijo.

Esto nos permitirá saber qué hace que el niño mienta. Solo podemos tratar este problema si lo analizamos objetivamente.

Es más importante recompensar la honestidad que castigar la mentira

Recompensar a un niño puede ser un gran estímulo para su aprendizaje. Si los recompensamos, el niño comenzará a asociar la honestidad como algo positivo. Esto ayudará a crear un ambiente de confianza dentro del hogar.

También debemos reprender sus mentiras con castigos moderados y bien orientados. Llamar mentiroso a un niño puede ser muy negativo. Después de todo, ¿no es nuestro objetivo que nuestros niños confíen en nosotros?

Todo el tema sobre la verdad y las mentiras tiene que ver con algo más que la disciplina o la moralidad. Se trata de generar confianza y apoyo mutuo para enfrentar las dificultades juntas.

Enseñar a los niños el valor de la honestidad

A medida que crecen nuestros hijos, es importante que entiendan el valor de decir la verdad. En primer lugar, es importante que se den cuenta de que decir mentiras nos impide ayudarlos de la manera más adecuada.

La confianza también es clave. Si expresamos el orgullo que sentimos cuando compartimos la confianza y les recompensamos por ser honestos, entenderán el mensaje.

Si somos honestos, también serán honestos. Esto comienza en casa; no debemos permitir que nuestros hijos nos oigan mintiendo. Los padres son los modelos que siguen sus hijos, por lo tanto, mucho dependerá en gran medida del comportamiento de los padres.

Nadie dijo que sería fácil enseñar a los niños el valor de la honestidad. La tolerancia, la paciencia, el análisis y la confianza son las mejores herramientas que tenemos para lograr la honestidad en casa.