ahogamiento seco
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Un chapuzón en la piscina o el lago en un caluroso día de verano es una actividad divertida y refrescante para muchas familias. Pero, como todos sabemos, también puede ser peligroso. Los ahogamientos en los niños pueden ocurrir en menos de 30 segundos y en menos de media pulgada de agua, haciendo que la necesidad de monitorear de cerca y constantemente a los niños en el agua sea de conocimiento común.

Aún así, ahogamiento es tristemente una de las causas más comunes de muerte accidental en niños de uno a cuatro años. Pero, ¿qué pasa si su hijo tiene una experiencia de ahogo cercano o consume demasiada agua después de una inmersión inesperada? Están bien, ¿verdad? Si bien pueden parecer de esa manera después de la volcada inicial, una condición llamada ahogamiento secundario pone a los padres en alerta máxima.

¿Qué es ahogamiento secundario?

Aunque es raro, el ahogamiento secundario puede ser fatal si se ignoran los síntomas de advertencia. Cada vez que alguien (niños y adultos por igual) inhala incluso un pequeño chorro de agua (piscina, lago u océano) puede irritar los pulmones y causar hinchazón. Por lo general, muy poca agua está presente en los pulmones cuando ocurre ahogamiento secundario, pero la pequeña cantidad de líquido es suficiente para impedir que los pulmones suministren oxígeno al torrente sanguíneo.

Qué síntomas buscar

Si su hijo ha estado a punto de ahogarse, o tal vez se haya tragado demasiada agua, manténgase atento a los síntomas secundarios de ahogamiento y llévelos al hospital inmediatamente. Los síntomas pueden tardar entre una y 72 horas en aparecer.

Esto es lo que debe buscar:

  • letargo o fatiga extrema
  • respiración dificultosa
  • irritabilidad o cambios de humor
  • Dolor de pecho
  • dificultad para respirar
  • tos persistente
  • fiebre

¿Que puedo hacer?

Hay buenas noticias! Ir al hospital de inmediato es su mejor defensa. Los médicos supervisarán de cerca a su hijo y, cuando se detecta temprano, deberían poder tratar cualquier problema administrando oxígeno y eliminando líquidos a través de diuréticos. Ignorar los síntomas o esperar demasiado tiempo para buscar tratamiento es, trágicamente, cuando el ahogamiento secundario puede volverse fatal. Si se ha producido un ahogamiento cercano y su hijo muestra alguno de estos síntomas, no demore en que se los revise.

Prevención

Como la mayoría de las cosas, la prevención es la clave. Intente aplicar las reglas del agua de la misma manera que lo haría con la seguridad del automóvil, tomados de la mano en el estacionamiento, mirando a ambos lados antes de cruzar la calle, con la piscina y la seguridad del agua. Educar a los niños tan pronto como sea posible sobre los peligros del agua y poner a los niños en clases de natación tan pronto como sea posible los ayudará a convertirse en nadadores fuertes y sentirse cómodos dentro y alrededor del agua.

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