Musculos del pie: Los pies son estructuras flexibles de huesos, articulaciones, músculos y tejidos blandos que nos permiten mantenernos erguidos y realizar actividades como caminar, correr y saltar. Los pies están divididos en tres secciones:
El antepié contiene los cinco dedos de los pies (falanges) y los cinco huesos más largos (metatarsianos).
El mediopié es una colección de huesos en forma de pirámide que forman los arcos de los pies. Estos incluyen los tres huesos cuneiformes, el hueso cuboide y el hueso navicular.
El retropié forma el talón y el tobillo. El hueso del astrágalo sostiene los huesos de la pierna (tibia y peroné), formando el tobillo. El calcáneo (hueso del talón) es el hueso más grande en el pie.
Músculos, tendones y ligamentos corren a lo largo de las superficies de los pies, lo que permite los movimientos complejos necesarios para el movimiento y el equilibrio. El tendón de Aquiles conecta el talón con el músculo de la pantorrilla y es esencial para correr, saltar y pararse sobre los dedos de los pies.
Condiciones de pies
Fascitis plantar: Inflamación en el ligamento de la fascia plantar a lo largo de la parte inferior del pie. El dolor en el talón y el arco, peor en la mañana, son síntomas.
Osteoartritis de los pies: la edad y el desgaste provocan que el cartílago de los pies se desgaste. El dolor, la hinchazón y la deformidad en los pies son síntomas de la osteoartritis.
Gota: Una afección inflamatoria en la cual los cristales se depositan periódicamente en las articulaciones, causando dolor e hinchazón severos. El dedo gordo del pie a menudo se ve afectado por la gota.
Pie de atleta: una infección por hongos en los pies que causa una piel seca, descamada, enrojecida e irritada. El lavado diario y mantener los pies secos puede prevenir el pie de atleta.
Artritis reumatoide: una forma autoinmune de artritis que causa inflamación y daño en las articulaciones. Las articulaciones en los pies, el tobillo y los dedos de los pies pueden verse afectadas por la artritis reumatoide.
Juanetes (hallux valgus): una prominencia ósea junto a la base del dedo gordo del pie que puede hacer que el dedo gordo del pie gire hacia adentro. Los juanetes pueden ocurrir en cualquier persona, pero a menudo son causados por la herencia o el calzado que no le queda bien.
Lesión del tendón de Aquiles: el dolor en la parte posterior del talón puede sugerir un problema con el tendón de Aquiles. La lesión puede ser repentina o un dolor persistente diario (tendinitis).
Infección del pie diabético: las personas con diabetes son vulnerables a las infecciones de los pies, que pueden ser más graves de lo que parecen. Las personas con diabetes deben examinar sus pies a diario para detectar cualquier lesión o signos de infección en desarrollo, como enrojecimiento, calor, hinchazón y dolor.
Pies hinchados (edema): una pequeña cantidad de hinchazón en los pies puede ser normal después de una postura prolongada y es común en personas con venas varicosas. El edema de pies también puede ser un signo de problemas cardíacos, renales o hepáticos.
Callos: una acumulación de piel dura en un área de fricción frecuente o presión en los pies. Los callos generalmente se desarrollan en las bolas de los pies o los talones y pueden ser incómodos o dolorosos.
Granos: al igual que los callos, los callos consisten en una acumulación excesiva y dura de la piel en las áreas de presión excesiva en los pies. Los callos generalmente tienen forma de cono con un punto y pueden ser dolorosos.
Espuelas en el talón: crecimiento anormal de hueso en el talón, que puede causar dolor intenso al caminar o pararse. Las personas con fascitis plantar, pies planos o arcos altos tienen más probabilidades de desarrollar espolones en el talón.
Uñas encarnadas: una o ambas caras de una uña pueden crecer dentro de la piel. Las uñas encarnadas pueden ser dolorosas o provocar infecciones.
Arcos caídos (pies planos): los arcos de los pies se aplanan durante la posición de pie o caminando, lo que puede causar otros problemas en los pies. Los pies planos pueden corregirse con plantillas para zapatos (aparatos ortopédicos), si es necesario.
Infección por hongos en las uñas (onicomicosis): el hongo crea decoloración o una textura que se desmorona en las uñas de las manos o los pies. Las infecciones de uñas pueden ser difíciles de tratar.
Mallet toes: la articulación en el medio de un dedo del pie puede volverse incapaz de enderezarse, haciendo que el dedo apunte hacia abajo. Pueden desarrollarse irritación y otros problemas en los pies sin calzado especial para acomodar el dedo del martillo.
Metatarsalgia: dolor e inflamación en la bola del pie. La actividad extenuante o los zapatos que no le quedan bien son las causas habituales.
Dedos en garra: contracción anormal de las articulaciones de los dedos, causando una apariencia similar a una garra. El dedo en garra puede ser doloroso y generalmente requiere un cambio en el calzado.
Fractura: los huesos del metatarso son los huesos fracturados con mayor frecuencia en los pies, ya sea por lesiones o uso repetitivo. El dolor, la hinchazón, el enrojecimiento y los hematomas pueden ser signos de una fractura.
Verruga plantar: una infección viral en la planta del pie que puede formar un callo con una mancha oscura central. Las verrugas plantares pueden ser dolorosas y difíciles de tratar.
Neuroma de Morton: un crecimiento que consiste en tejido nervioso a menudo entre el tercer y cuarto dedo del pie. Un neuroma puede causar dolor, entumecimiento y ardor y, a menudo mejora con un cambio en el calzado.
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