ley de la gravedad para niños
ley de la gravedad para niños

Ley de la gravedad para niños:

Antecedentes A pesar de la creciente conciencia de las pautas del Programa Nacional de Educación y Prevención del Asma, la contribución relativa de la frecuencia de los síntomas o la función pulmonar a los niveles recomendados de gravedad del asma sigue siendo poco conocida.

Objetivo Determinar si la adición de mediciones de la función pulmonar a la historia clínica cambia sustancialmente la clasificación de la gravedad del asma, lo que influye en las decisiones de tratamiento.

Diseño Se estudiaron los datos de referencia de los niños inscritos en 2 estudios multicéntricos: fase 1 del Estudio Nacional de Cooperativas para el Asma en la Ciudad (1992-1994) (cohorte 1) y el Estudio del Asma en la Ciudad Interior (1998-2001) (cohorte 2).

Establecer Quince (8 para la cohorte 1 y 7 para la cohorte 2) las principales áreas metropolitanas del centro de la ciudad en los Estados Unidos.

Participantes Niños de la ciudad de entre 8 y 11 años con asma.

Principales medidas de resultado Proporción de niños reclasificados de categorías de asma menos graves según la frecuencia de los síntomas en categorías más graves debido a la función pulmonar.

Resultados De los niños con síntomas de asma intermitente leve, el 22,8% en la cohorte 1 y el 27,7% en la cohorte 2 se reclasificarían como asma persistente moderada o grave. De los niños con síntomas de asma persistente leve, el 31.2% en la cohorte 1 y el 33.3% en la cohorte 2 serían reclasificados de manera similar.

Conclusiones: En 2 estudios diferentes de niños con asma en zonas urbanas deprimidas, aproximadamente un tercio de los participantes se reclasificaron en categorías de severidad del asma mayores del Programa Nacional de Educación y Prevención del Asma cuando se consideró la función pulmonar además de la frecuencia de los síntomas. Esto puede tener implicaciones directas para el tratamiento insuficiente del asma.

Las pautas del Programa Nacional de Educación y Prevención del Asma (NAEPP) recomiendan que los profesionales médicos usen una combinación de hallazgos clínicos y mediciones objetivas de la función pulmonar para el diagnóstico de asma.1 Según estas pautas, el asma se clasifica en 4 niveles en el momento del diagnóstico inicial: leve intermitente, persistente leve, moderada persistente y persistente severa basada en la frecuencia de los síntomas y en las mediciones espirométricas (volumen espiratorio forzado en 1 segundo [FEV1]) o de flujo espiratorio máximo (PEF) (Tabla 1). A pesar del conocimiento cada vez mayor de estas pautas, la contribución relativa de la frecuencia de los síntomas y la función pulmonar a los niveles recomendados de gravedad del asma sigue siendo poco conocida.