empatia
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Empatia

En la novela clásica “To Kill a Mockingbird”, el protagonista Atticus Finch les enseña a sus hijos que “nunca se comprende a una persona hasta que se consideran las cosas desde su punto de vista … hasta que se sube a su piel y camina en ella”.

La empatía, el poder de comprender perspectivas distintas a la suya, es una habilidad esencial que todos los niños deben dominar, y es uno de los conjuntos importantes de estrategias de enseñanza en las que los maestros deberían concentrarse. La empatía es fundamental para construir puentes entre las personas, comprender las emociones complejas de los demás, obtener una perspectiva diversa y aprovechar las relaciones para la colaboración y el progreso.

A pesar de su importancia, la empatía sigue siendo una habilidad. Y como todas las habilidades, interpersonales o no, puede desarrollarse completamente … o ignorarse. Usted podría argumentar que junto con nuestra responsabilidad de equipar a nuestros estudiantes con las habilidades académicas para realizar pruebas acertadas, utilizar tecnología y comprender el plan de estudios, también debemos considerar cómo podemos formular nuestras estrategias de enseñanza para reforzar su carácter y convertirlo en el más completo y completa a medida que progresan en su carrera educativa.

La empatía es igual a la inteligencia
Según numerosos estudios, el aprendizaje socioemocional contribuye al desarrollo cognitivo general en niños de todas las edades. El Greater Good Science Center en UC Berkeley reconoce que entender y manejar las emociones es “Clave para construir relaciones saludables y alcanzar metas académicas, profesionales y de vida”. A medida que los niños dominan sus propias emociones y entienden las perspectivas de los demás, también podrán controlar, desarrollar, conectarse y motivarse de manera más efectiva.

El Centro de Inteligencia Emocional de Yale también promueve su programa RULER, un plan de estudios de desarrollo socioemocional para las escuelas, para mejorar el bienestar general de los niños. Esto promueve una mejor salud individual y comunitaria, lo que lleva a resultados positivos para los académicos y más allá. El desarrollo socioemocional reduce una serie de factores negativos como la hiperactividad, la depresión, la ira y la agresión. A su vez, este progreso puede mejorar las actitudes de los niños hacia la escuela, mejorar las relaciones entre los estudiantes, permitir estrategias de instrucción de orden superior y crear una experiencia académica más efectiva.

Howard Gardner, quien acuñó la teoría de la Inteligencia Múltiple, también reconoció la importancia de la inteligencia interpersonal. Es lo que permite nuestra capacidad de “comprender las intenciones, motivaciones y deseos de otras personas”. La empatía sirve como pieza central para el desarrollo socioemocional, ya que se enfoca en que los estudiantes se entiendan a sí mismos y las perspectivas de cualquier cantidad de otros.

Estrategias de enseñanza que incluyen empatía en su plan de estudios
A estas alturas, debe quedar bastante claro que la empatía es un activo importante para la personalidad, pero es posible que se pregunte cómo encajarla en sus planes de lecciones actuales. Aquí hay algunas ideas para comenzar:

Se un ejemplo. Sepa que sus alumnos lo observan. Aprenden de su carácter y comportamientos tanto como lo hacen de su instrucción. Sea un ejemplo consecuente de empatía y exprese una actitud comprensiva, compasiva y comprensiva. Ellos seguirán tu ejemplo.
Crea el ambiente. Es importante que tus alumnos confíen en ti y en los demás. Si se establece un entorno comprensivo y confiable, entonces es más probable que se abran y muestren características positivas entre sí.
Incluye muchas historias Las historias son quizás lo más cercano que tenemos a “caminar en la piel de otra persona”. Nos hacen más humanos y desarrollan nuestra capacidad de comprender y simpatizar con las experiencias de los demás.
Trabajar en estrategias de comunicación. Los sentimientos son muy diferentes de las palabras. Es importante que se preste atención a ayudar a los estudiantes a encontrar las palabras para explicar sus sentimientos, tanto en lo que se refiere a hablar como a escribir.
Ofrecer tareas grupales colaborativas. A medida que los estudiantes trabajan juntos en tareas o desafíos específicos, experimentan una especie de moldeo grupal que los reúne. La victoria o el fracaso compartido les proporciona una experiencia de colaboración que les exige ejercitar esos músculos de empatía con sus compañeros.
Identificar valores y diferencias compartidos. Las discusiones y actividades contribuyen en gran medida a ayudar a los estudiantes a ver cómo se alinean o difieren de los demás. Facilite oportunidades para que los alumnos se abran unos a otros y descubran con seguridad cuáles pueden ser las perspectivas de los demás.
Juego libre y estructurado. Jugar en el patio de recreo y en el aula crea lazos entre los grupos que abren los carriles para la comprensión mutua. Anime a los alumnos a jugar juntos, e incluso enséñenles sobre sus interacciones y consecuencias.

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